Mito. El duende zungurutelu (Riomalo de Abajo)
IDENTIFICACIÓN
Hombrecillo diminuto y negro como un carbón, vestido con ropa vieja, de pies enormes y cabeza calva. Suele entrar en las casas junto a su mujer, la duenda.
HÁBITAT
No se sabe dónde pasan el día, pero por la noche entran los dos en cualquier vivienda de las Hurdes por el lumbrero, que es un agujero que había en el tejado de las antiguas casas hurdanas para que saliese el humo y entrase la luz, y que se tapaba con una lancha cuando llovía.
MOMENTO ÓPTIMO DE OBSERVACION
Aparecen siempre de noche.
A la duenda se la puede ver sentada junto al fuego, royendo castañas blancas.
PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EN CASO DE ENCUENTRO
Amigo de trastear en la casa y ponerlo todo patas arriba, revolviendo las habitaciones y molestando durante el sueño a sus dueños, provoca los retortijones y los gases, soplándote en el oído mientras duermes.
Y si cuando te levantas te duele todo el cuerpo, es porque el duende te ha estado “contando las costillas” con sus fuertes dedos.
Poco se puede hacer para evitarlo, aunque en otros lugares se aconseja esparcir granos alrededor de la cama, para que el duende se entretenga contándolos hasta que la llegada del amanecer le obligue a retirarse.
En época de matanza, si miras sigilosamente por la cerradura de la bodega, podrás observar como embuten la chacina a la luz de los candiles. Nunca debes agradecérselo regalándoles un traje nuevo, porque entonces no querrán embutir nunca mas para no mancharlo, y desaparecerán de tu casa para siempre.
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