Misterio. El niño blanco (Aceitunilla)

DENTIFICACIÓN

Ser pequeño con una cabeza grande y desproporcionada, como un recién nacido erguido, enfundado en una mortaja larga y muy blanca, de la que se sobresalen dos brazos finos como hilos y dos piececitos diminutos, también enfundados en una tela blanca muy radiante. En ocasiones aparece flotando.

HÁBITAT

Se cree que habita en algunas cuevas estrechas y sinuosas que cuelgan por las laderas hurdanas, y que sale de ellas arrastrándose como un reptil, para llamar la atención de algún transeúnte despistado con sus estremecedores alaridos.

Se le ha visto junto al riachuelo del Togonal de las Chozas y en la carretera de Aceitunilla, a la altura del cementerio, también flotando junto a la ventana superior de una vivienda en Horcajo, y entre los arbustos que rodean la alquería de La Huerta.

MOMENTO ÓPTIMO DE OBSERVACION

Sus apariciones están documentadas desde el siglo XIX, y siempre de noche.

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EN CASO DE ENCUENTRO

Emite algo parecido a un aullido, un grito entrecortado que se inicia como un silbido. Sus llantos, agudos y lastimeros, provocan tal miedo que muchos hombres bien fornidos han huido como almas llevadas por el diablo tras un encuentro con el niño blanco. Aconsejamos seguir su ejemplo.

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