Cuento. El de la liebre
Esto era una vé un cazadó que iba cazando por la parte de los montes, que era un día de caza, de cuando se puedi cazá. Ahora, pos fue y le salió una liebre y fue y le tiró, y al tirarle el tiru, pos se conoci que quedó jería, pero no fue de muerte, y se escapó renqueando, renqueando... Y, ahora, estaba un matrimonio en el plau, con la hierba, y fue la liebri y se quedó allí pará, metía entre la hierba. Va el hombri y dici:
-¡coño, esta es la mía!- y cogió la liebri y la echó pa’l morrá. Ahora llega el cazadó y le dice:
-oiga, ¿usté no habrá visto por casualidá a una liebri que le he disparau un tiru, e iba jería, pero la he perdíu de vista?-
Entonces el hombre coge y mira pa’l campanariu del reló y le responde:
-yo creo que es cumu la hora del meyudía, alreó de las doce-
Vuelve el cazadó y le dici:
-que yo le preguntu que si ha vistu esté la liebre...-
Y le dici el otru:
-pos a lo mejó son más de las doci, alreó de la una-
Va el cazadó y le dici ya por la tercé vez:
-que lo que yo vengu buscandu es la liebri, que si la ha vistu usté-
Respondi el hombre:
-pos sí señó, habrá que ir a comé, que ya dio la una-
Dice ya el cazadó:
-esti hombre está tonto del tó, habrá que dajalo, que nos va a poné tontus a los demás-
Con que ya, al día siguiente, van y se encuentran en una calle el hombre y el cazadó, y dici el cazadó:
-¡coño, mira quien viene por ahí! Le voy a preguntá la hora, ya que tantu entiendi de horas, pos le voy a preguntá la hora-
Va y le dice:
-oiga, ¿me puedi decí la hora que es?-
Dici el hombre:
-¡ah, la liebre! Pos sí señó, estaba buenísima, que nos la comimus mi mujé y yo-
Celedonio García Montero. La Dehesilla.